¡¡DEJÁ PROPINA ANTES DE IRTE!!

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julio 29, 2012

CUANDO ERA CHICO

Recuerdos de inicios sabios cual finales.

-¿Qué querés ser cuando seas grande?
-Quiero ser todo.

julio 08, 2012

LUZ Y NEGRO

Había una vez… cuando veo toda mi historia completa.

2007
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Traído por una cigüeña, que vuela en circunferencia, me acerco a aquella casa negra tan tenebrosa que pareciera iluminada desde el interior por un blanco absoluto, como si la casa fuese el refugio de aquel poderoso. Su aspecto habla de su tragedia martírica y capacitación tortuosa.  
De afuera se ve de pisos angostos pero alta hasta el cielo, de hecho se acerca una tormenta y las espesas nubes imposibilitan la visión del techo.
Rayos y relámpagos, como atraídos por un imán, dan latigazos con gran luz y ruido a la casa que pareciera se fortaleciera y elevara con mayor poderío e imponencia.

De pronto me encuentro parado frente a la puerta única y principal de aquella casa inhabitada por seres humanos pero atestada de espíritus y artillería de combate.
Sin necesidad de abrir la puerta, la puerta se abre sola como si reconociera al propietario biológico del edificio. Me inunda el miedo al aturdidor silencio y el terror de la enceguecedora oscuridad. Nunca hay tanta paz y tranquilidad, salvo antes de una catástrofe.
De a poco mis sentidos se adaptan y empiezo a escuchar un casi imperceptible murmullo psicológico, empiezo a sentir la mirada de una multitud que no puedo ver y empiezo a ver las siluetas de una habitación vacía.
Es un cuarto cuadrado de piso de madera muy vieja y el ambiente es proporcional a mí. En la pared de enfrente se encuentra la escalera para acceder el siguiente piso.
Doy los primeros pasos y caigo en la realidad de estar ante la misma presencia del demonio. Soy consciente de dónde y con quién estoy pero no puedo ver nada, como si hubiera otra dimensión a la cual mis sentidos no pueden acceder pero mi psiquismo está firmemente conectado.
Cada paso es una tortura de miedo, adrenalina y sentido de persecución. La primera habitación fue de absoluta tortura psicológica.
Curiosamente los pisos parecieran girar sobre su eje haciendo que cada vez que subo a uno nuevo, este lo sintiese del mismo lado de la puerta de entrada.
Al subir al siguiente piso, veo nuevamente una habitación totalmente vacía en el pasillo del medio pero hacia laterales oscura como si en lo espeso de la ausencia se ubicaran huestes expectantes por la próxima prueba.
Mentalmente cansado del piso anterior, veo como maquiavélicamente se acerca una especie de aparato (como una caja metálica baja) hacia mí. De pronto me veo luchando abiertamente con una artillería imposible de imaginar, personas, fuerzas, criaturas, bestias, máquinas, armas de todo tipo y manipulaciones mentales varias. Piso tras piso las pruebas son peores, carentes de piedad alguna y más demandantes en todos los sentidos. Piso tras piso mis fuerzas se agotan y empiezo a accionar por plena convicción y luz de la casa más que por propia energía o estrategia.
Parece que el Diablo se ensañó conmigo, parece que me odia y no tiene reparos en usar sus armas peores en mí…                
Piso tras piso las torturas son peores, la soledad de estar rodeado de observadores ejerce cada vez mayor presión y me agota. Herido, ensangrentado, débil y moribundo, arrastrándome en señal de una convaleciente forma de existencia llego al siguiente de lo que había parecido una vida de ascensos tortuosos.
Con la poca consciencia de realidad que tengo me sorprendo, porque en el lugar donde siempre había visto la próxima escalera ahora hay una puerta.
Esta habitación no es como las anteriores; esta está llena de cosas hacia los laterales… muebles, un espejo sin reflejo y cosas abandonadas. El pasillo siempre despejado poniendo en manifiesto el deteriorado tramado de la madera del piso.

-No lo puedo creer, ¿será el final?
               
La puerta conducía a un obvio precipicio, pero no había otro lugar a dónde ir. Esta habitación era diferente, por primera vez desde que entré a esta casa, no me sentía malintencionadamente tan observado.

-¿Se habrá terminado?

La puerta era de madera, tan deteriorada como el piso. Todas las rendijas y pequeños huequitos que daban al otro lado ponían en manifiesto una intensa luz blanca, como la que pensé albergaba la casa desde afuera pero que no sabía dónde había ido. Cerca de la misma se extiende revoltosa cierta bruma extraña.

Trato de atravesar el corredor pero estoy tan herido, tan profundamente cansado que apenas si me arrastro utilizando nada más que mis manos. Al llegar frente a la puerta consigo reunir las fuerzas suficientes como para despertarme de la inconsciencia y pararme.

-¡Lo hice! No me lo puedo creer… ¡Se terminó!

Lentamente bajo el muy particular picaporte (demasiado fuerte y garabatoso para la puerta que le tocó de compañera), con temor ante la enceguecedora luz de detrás de la puerta. Siento que los haces de luz son tan fuertes que empujasen la puerta con ímpetu demandando abrir la puerta con rapidez de una vez por todas. Al bajar completamente el picaporte la puerta se abre tan rápido que incluso simulara desaparecer y la gran masa luminosa me absorbe imperiosamente hasta sentirme flotar en una nueva era totalmente lumínica.

Esta historia siguió pero lamentablemente no puedo recordar lo que sigue a partir de aquí.