¡¡DEJÁ PROPINA ANTES DE IRTE!!

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noviembre 21, 2016

SINGUARDIA

Hay una posición a la cual recurro orgánicamente cuando mi mente ya no soporta tanta tormenta de pensamientos. Cuando quedo débil y dolido por la dureza de mi autocritica. Tal vez más que una posición es un estado mental.
Rara vez me afectan los comentarios externos porque rara vez me dicen algo que yo mismo no me haya reprochado antes. Todas mis crisis personales son resultados de mi propia combustión interna.

Entonces llega ese punto límite en el que, mentalmente cansado y emocionalmente exprimido, al ritmo de las lágrimas me suplico parar y quedar en silencio. Llega ese punto final en el que quedo sin guardia, frágil, desarmado y rendido. Sólo puedo llorar y adoptar una indefensa posición fetal al tiempo que me tapo los oídos y cierro los ojos.