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mayo 05, 2012
POLVO DE PERLAS
Había
una vez… cuando se atraviesa el durante.
2009
Cuentos
del País de los Sueños (Siempre&Constante)
Me encuentro en uno de los casi infinitos pisos de
un hotel de dimensiones gigantescas. Cada piso es una pieza cuadrada donde
hacia atrás está la escalera que desciende, y adelante la escalera para ascender.
Si bien las medidas son tan grandes que desdibujarían los horizontes la
habitación está llena de muebles de tamaño normal, desordenados de tal modo que
simulan un gran depósito interminable digno de ser el final de cualquier mapa
de tesoros. Cajoneras, cortinas, tocadores, barcos reales, cajas, estatuas, sillones,
instrumentos, escritorios…
Parece un hotel antiquísimo utilizado por
generaciones de generaciones de generaciones. Todo en virginal quietud, como si
por mucho tiempo hubiesen sido olvidados por el ojo humano y hubiesen adquirido
la capacidad de desaparecer de la faz de la tierra o bien de ser invisibles. Todo
bañado en polvo de perlas, incluso mi piel.
Al subir a este piso, y apurado como si me
estuviesen persiguiendo de atrás, ante tal escenario me seduce la infantil idea
de revisar dominios familiares y ver qué se encuentra. En la intersección del
apuro y la curiosidad, corro decididamente hacia aquella delicada mesita de luz
y abro su cajón. Para sorpresa de la tonalidad de la dimensión, pero en absoluto
de la mía, encuentro dos piedras de colores, una verde y una roja que fulguran
destellos iluminando mi rostro y parte del lugar.
Conmovido por los colores, repentinamente cual
susto, me doy cuenta que tengo que seguir hacia adelante y seguir subiendo…
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