¡¡DEJÁ PROPINA ANTES DE IRTE!!

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diciembre 25, 2012

NO HABLES DE VOLAR


Diálogos con el silencio


No hables de volar con alguien que únicamente pertenece y no ES.
No hables de volar con alguien que como máximo aspira a correr.
No hables de volar con alguien que no crea.
No hables de volar con alguien que no tiene alas o, en su defecto, genes (¿o ideas?) que codifican para ellas.

diciembre 07, 2012

DESDE ARRIBA


Octubre de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Me veo desde arriba, en la terraza del auto de papá. Papá maneja en una avenida muy grande de una gran ciudad. Dentro del auto está toda la familia, pero yo estoy en la terraza, recostado en una reposera tomando sol. Tengo lentes de sol y veo cómo el viento juega con mi pelo.

GRIS SUCIO


5 de diciembre de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Mi abuela le sirve la sopa a mi abuelo en la boca. Legalmente se acaban de divorciar, pero al parecer todo sigue igual. ¿Cuál era el fin? ¿Se acabó el amor?


-Mutación de dimensión-


Luego de las Olimpíadas todo vuelve a la normalidad en el colegio... aunque parece que el edificio tuviese una habilidad especial para cambiar su arquitectura una y otra vez. Todo está cubierto de un polvillo áspero que le resta colores a la realidad.

Estoy con mi hermana que me quiere mostrar el trofeo que ganó su curso. Me lleva a vidriera de trofeos y es difícil distinguirlo de entre todos. Hasta que al final lo encontramos, una copa de bronce de tamaño mediano.

Ahora me lleva al bar de libros; quiere sacar todos los libros que el año pasado entendió más o menos para leerlos de nuevo. En la barra nos tardamos un buen rato.

diciembre 03, 2012

UNIVERSO A LAS VELAS & OCRE LEYENDA


2 de diciembre de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Se desarrollan las Olimpíadas anuales de todas las categorías. Todos entrenan duramente para lograr despersonificarse hacia una temporal perfección y poder ganar algún premio ya que la competición no es por cursos sino que es individual.
Para las categorías musicales han propuesto un escenario universal, donde el techo es el mismo cosmos pero no iluminado por estrellas o alas, sino que la iluminación está dada por velas de llamas blancas distribuidas por todo el cielo en abundancia. La cúpula del escenario propiamente dicho, es como si fuera un fonógrafo gigante cuya forma garantiza la acústica y se direcciona al universo. La plataforma, así como todo el resto, es de una tonalidad brumosa que ilumina a la proximidad dándole a todo una color tenue sobrio. Sobre la misma no hay ningún artista, ni ahora ni en ningún momento de las olimpíadas. Por debajo está toda la orquesta y yo en el piano. Resalta el blanco de las camisas que tenemos todos los músicos. Más allá del sector de participantes están las plateas para seres humanos y otras arriba para los alados.

Yo frente a la partitura, sentado al piano en el instante previo a que todo empiece...


-Mutación de dimensión-


Estoy en el predio de mi antiguo colegio, todo tiene una tonalidad añeja como si el sueño estuviese siendo leído de un libro de leyendas milenarias que más que del ayer son del hoy. Si bien estoy en el colegio está lleno de la gente de la facultad.
Caminamos en el parque con el grupo y hablamos de las competiciones... de repente miro hacia abajo y para mi sorpresa veo mi medalla de oro olímpica, que por cierto es demasiada grande y gruesa a juzgar por el ancho de mi pecho y abdomen. Allí está, escondida detrás del cierre de la campera. Entonces hago memoria y recuerdo que yo también participé de las olimpíadas.

-Esto de que no me guste volver al pasado se me está saliendo de las manos. ¡No hay presente sin pasados!

Recuerdo entonces mi victoria en la única categoría en la que me presenté y que por cierto, fui el único en participar de ella. Parece que esa medalla se me había encarnado. Dimensiones y dimensiones usándola, ya era tan parte de mí que al mirarla me llamaba la atención que estuviese allí sin que yo sintiese el constante peso de semejante pieza de oro en mi cuello.

De pronto me acuerdo de todo y me alejo del grupo. Todo se vuelve más gris salvo el cielo que sigue ocre leyenda. Me acerco al estacionamiento de la institución y desde lejos veo a Mamá llegar. Viene desde casa a felicitarme por la medalla.
Al llegar al lugar me sorprende verla venir en elefante; un elefante gris que simula ser del tamaño de un auto, un elefante en crecimiento, pero que en la dimensión de la realidad (estamos en la de los gigantes) es uno de dimensiones humanamente esperables para la especie. El tercio superior del elegante tiene algo que jamás había visto, un molde de él mismo tallado perfectamente en madera pulida. Mamá viene montada sobre esa madera. Le veo cara de cansada y puedo ver secretos pasar por sus ojos. Me preocupo.

-¿Por qué viniste en elefante? ¿Qué pasó?
-Felicitaciones hijo, a ver la medalla. (suena cansada)
-¿Cuánto tardaste en llegar hasta acá? ¿Qué está pasando?

Mamá eludía el tema del elefante y de su aspecto cansado y cada vez más brillaba la medalla. Me pidió que la acompañara hasta el pórtico del colegio para que volviera a casa. Hablamos tanto en el camino... está cansada de tantas situaciones.

Ella iba montada y yo a la par caminando, pero ambas cabezas a la misma altura.