6
de julio de 2014
Experiencia Abstracta
Diálogos con el Silencio
En el rincón más
discreto y pequeño; parado, sentado, apoyado sobre el mostrador, inquietamente
sereno; veo manos alzarse, escucho la música, la siento retumbar en mi cuerpo,
veo luces y flashes; risas, gritos envalentonados y preguntas del repertorio; paradójico
momento y lugar para “tormentar”.
Ni el jolgorio ni el
frio pueden silenciar mi silencio.
La lluvia y yo tenemos
cierta complicidad emocional, siempre vamos al unísono. Si bien hubo algunos
diferidos, no puedo negar que la necesito para escucharme mejor, para sentir
que cada palabra que pienso me sincera.
Nada más humillante para
un creativo que ver una de sus obras siendo “sacrilegiada”.
¿Quién va a saber sino
el mismo diseñador cómo se utiliza, cómo se combina, cómo se complementa, cómo
se acompaña y cómo se desdobla su propia obra? No sólo es gráfico, ¡también es
impronta y concepto!
Me siento sucio, me
siento violado; te veo y no puedo evitar sentir lastima y desprecio, bronca…
desearía nunca haberte creado. No puedo verte tan devaluado. Me duele a la
vista, me duele mi creatividad. Eras de mí pertenencia, yo te cree… ahora te
veo y no puedo sentir orgullo.
Hoy por primera vez en
mi vida me arrepiento de una creación. ¡Qué ingrato es el ordinario! ¿Quién
valora realmente lo bello y lo estético? ¿Quién comparte conmigo ese amor?
Me declaro la némesis de
la realidad. ¿Esto es crecer? ¿“caer” en la realidad? ¿“caer”? Qué duro es caer
en la realidad, qué duro es “crecer”… mi fantasía no lo puede soportar, no
puedo soportar tanta realidad sin llorar. Parí algo que me fue robado.
Creo que es más fácil
darme por desubicado y decir que este no es el mundo de las ideas y el diseño,
pero eso me estaría insultado como ser creado.
No se puede diseñar
donde sólo hay caciques, no se puede proyectar donde todos saben sin saber.
Me calma imaginar balas
de plumas comprimidas, que al disparar se convierten en una explosión de plumas
de colores… dirigidas a cada una de las aristas de mi concepto, cada uno de los
elementos del carácter de mi creación. Me calma, plumas de colores que tapan
todo. Necesito olvidar esa idea y en su lugar poner la realidad, lo patético.