¡¡DEJÁ PROPINA ANTES DE IRTE!!

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octubre 27, 2012

DE CHICO ME RECUERDO PREFIRIENDO ESCUCHAR LAS CONVERSACIONES DE LOS GRANDES A ESTAR CON MIS COMPAÑEROS JUGANDO


No dejo de sentir que soy un hombre de 35 años atrapado en la vida de uno de 22; y eso me hace sentir, desear y necesitar cosas que mis condiciones actuales no me lo permiten. Me siento atado, me siento impotente... siento que no estoy en el futuro.

octubre 12, 2012

TEMPERATURAS Y SINALMAS


21 de julio de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante) de un universo "mamálero"


Con la solemnidad propia del estar acercándose a una isla cementerio de gente que nunca jamás estuvo viva (vivir es mucho más que tan solo respirar y andar), viaja Mamá en una balsa de silueta gótica. La misma se encuentra llena de esclavos que no tienen rostro, sentimientos, detalles, voz ni voto... son solo objetos negros con forma de humanos que están animados y cuya única función es remar. Incluso la balsa está hecha del mismo material no vivo, sin luces ni matices, sin gracia más que la misma monotonía del negro, como si absorbiera la luz sin reflejarla.
El cielo pone al descubierto que la escena no está dentro de las dimensiones que el ojo humano puede ver, sino que hay otro tipo de provisión de luz y formación de la imagen a tal punto que el cielo es color celeste violáceo totalmente uniforme. Lo extraño es que no se ven astros que expliquen el color del firmamento, pero lo que si se siente es que la luz en esta realidad no depende de luceros sino de la subjetividad de los estados de ánimo del dominador. Por otro lado, cual tramado de venas y arterias, se extiende en todo el cielo lo que pareciera una especie de tejido que acompaña al monotono con un color negro inmutable. 

La balsa intenta avanzar por el único camino que lleva a esa isla, un desierto de agua en un estado no conocido por el hombre. Este agua tiene una unidad compacta, astillas por demás pesadas, y filosas. Es un océano que se comporta como un desierto o bien un desierto que se comporta como océano. Agua movediza más que congelada; lomas, pozos y acantilados de agua; y olas pero no al ritmo de los vientos (que aquí no existen) sino a uno caprichoso sin patrones diferenciables. Todas estas particularidades hacen que sea imposible que fuerzas o tecnologías humanas puedan cruzarlo.
Sobre la masa de agua-hielo se ve una bruma de hielo gaseoso que se apodera de los horizontes y juega con la balsa. A medida que avanza, deja a su alrededor las huellas en bruma revuelta; como si la bruma no estuviese acostumbrada a ser interceptada por otros ritmos que no sean los propios de la dimensión, y entonces hace rulos desorientados.

Dentro de la balsa, además de estar Mamá y los remadores, se encuentra un anciano milenario vestido de traje y galera color blanco nieve no luminoso. Un anciano que bien podría pasar por alguien de 40 años. Este señor parece ser uno de los que une las dimensiones y, comparándolo con todo el cuadro, ese blanco desentona imperiosamente con las temperaturas dominantes. Él dirige la balsa y seguramente no es lo único que dirige allí.

Hace frio, pero nadie se inmuta por eso. Los sonidos son todos mudos, sólo se escuchan voces de gente viva y música de instrumentos no humanos.
El tiempo no trascurre como si se agotara el día sino como si cada segundo se estuviera ganando tiempo.
El viaje iba avanzando geográficamente y ya se podía ver a lo lejos, esbozos de sangre en las nubes.

La isla está custodiada por lo que fueran pirañas gigantes terrestres, monstruos horribles que el anciano de blanco sabía controlar. Al llegar les da su alimento y me invita a bajar. La balsa había parado inmediata a las escalinatas de un edificio, el único de la isla. Todo, absolutamente todo en esta isla, estaba hecho del material sin alma sólo animado, que se alimentaba de luz sin reflejarla.
El edificio tiene aspecto de abandonado y puede verse que desde adentro está iluminado por sangre que en forma de haces matizan el ambiente pero no los objetos.


Subimos la escalera hasta el primer piso, él abre la puerta y puedo ver un pasillo. De pronto detrás mío salen mis dos hijos, cuando chiquitos, jugando, dando vueltas y agitando sus alitas.

-¿De dónde salieron? ¿Cómo conocen este lugar?

El anciano de blanco nos lleva a los tres por el pasillo hasta su fin en otra puerta que también abre. Y es en este instante que, por primera vez en mi vida de esa dimensión, me doy cuenta de la realidad más cruda del universo.
Inundada en el asco y el asombro que sólo el contemplar la verdad absoluta inspiran, mis hijos empiezan a tocar música, música de instrumentos hechos por el anciano de blanco. Y no sólo tocan esos instrumentos sino que también danzan graciosamente ante tan crudo cuadro.
Todo lo que veo es un históricamente largo pasillo cuyo piso es una gran escalera, escaleras que suben hasta donde estamos nosotros. Puedo ver desde el principio hasta hoy. Lo aterrador de la visión es que en cada escalón se encuentra un ser humano tirado, parecieran vivos pero no lo están. Son sólo seres que no son, tirados a lo largo de cada escalón como esperando ser pisados.

-¡No entiendo la música y la normalidad de mis hijos ante tremendo horror!

octubre 05, 2012

METAMORFOSIS


Junio 2012
Experiencia Abstracta
Diálogos con el Silencio


Un día más de poco dormir y mucho hacer; un día más de grupos y trabajos; un día más de arreglar con Principita para hacer todo; un día más que en realidad poco tendría de los demás.

-¿Cuándo y dónde nos juntamos?
-¿Qué te parece blablablablablablabla…
-(¿Por qué de pronto no puedo apartar mi vista de sus labios? ¿Por qué de pronto me está pasando algo como hace infinitos no me pasaba? No entiendo qué estoy mirando tan vehementemente. ¡Pero no puedo parar! ¿Se estará dando cuenta?)

Horas de viajes al pasado habían logrado recanalizar ciertos cables en mi cabeza y parece que ese día en ese instante empezaría lo que sería un nuevo cambio rotundo de mi extensa lista.Mi forma de sentir es distinta, mi forma de procesar información es distinta, mi forma de expresión la siento como distinta; me siento tan distinto que nunca me sentí tan yo.

Cuando noche y apretado entre sábanas me elevaba al universo de los universos, cuyo piso era un mar de cristal donde podía caminar sobre él… todo en negro cual olvido y galaxias azul futuro. Y ante mi presencia, el medio se hacía cada vez más grande, desafiante e inalcanzable y yo, cada vez más pequeño e insignificante. A partir de esos labios, cerrar los ojos me transporta a sentir en mi realidad… me deliro en mi pieza, yo siendo un gigante y mi pieza no bastándole a mi tamaño.

A nocturno soñaba que volaba, como si el aire fuera agua y yo no tenía más que extender los brazos para volar como si nadara desde el fondo a la superficie. A partir de ese instante, a nocturno veo como me nacen alas y puedo volar pero esta vez sin esfuerzo humano ni fallas del cansancio.

-Hágame un corte, sí sé cuál pero mejor sabe usted.

Mi mente pedía cambio, mi imagen demandaba yo,
todo mi ser había evolucionado y el último en enterarse había sido yo.

De pronto quiero unir mi fantasía con la realidad;
de pronto quiero unir todos mis mundos en mi cotidianidad.
Barbaridades, ideas, delirios y personalidad;
transparencia, “detallitos”, mi yo más integral.