¡¡DEJÁ PROPINA ANTES DE IRTE!!

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junio 01, 2013

ALBERT AL CONTRALUZ

1 de junio de 2013
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


A lo lejos veo que se acerca. Cómo no reconocer ese pelo alborotado y ese bigote característico. Cómo no sentirlo como mi mismísimo abuelo... sé quién es pero no puedo creer lo que estoy viendo. ¿En realidad nunca murió? Al llegar a mi lado me pregunta:

-¿Hace cuánto estás buscando?
De repente, como si hubiese llegado al final, a la mismísima puerta de la verdad, toda mi realidad pasó dibujada ante mis ojos apretada por la ansiedad; y desde mi caricatura característica, tan subjetiva y simbólica que parece mentira pero que no es más que la realidad desde mi propio idioma y significancia personal le contesté: -Toda mi vida, toda mi vida hace que busco -lágrimas de llegada llenaron mis ojos.
...

Quiero recordar más de ese diálogo pero no puedo.


¿En qué parte de la mente humana se esconden aquellos sueños que luego de haber sido nuestros hoy se fusionan con el olvido? ¿Dónde nacen los sueños y dónde mueren?

mayo 19, 2013

ARISTOCRACIA EN HUÍDA


18 de mayo de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)

Todo el grupo aristocrático estamos excesivamente maquillados y con ropa de época; parecemos salidos de una obra de teatro. Peinados altos, grises y rosas, ropa inflada, blanco pálida y con excesivos adornos y caras con maquillaje agrietado por las intensas emociones.
El contraste con el ambiente social es fatal. Todo es tecnología, grandes edificios y estructuras. Estamos en el epicentro mundial del bien y del mal, donde los engaños ya no funcionan. La gente del mundo casi que no tiene idea de lo que realmente está pasando. Está demasiada ocupada en los afanes del diario vivir. Aquí, en la reserva, todos sabemos quién es quién, por qué estamos donde estamos y quiénes son las autoridades realmente. Todo está aquí, en la reserva de luz y tinieblas.
Aquí dentro no es como el resto del mundo, aquí hay mucha tecnología pero también hay salvajes que constantemente persiguen a la aristocracia. Ellos viven como animales, muchas veces aparecen embarrados, viven como si tuvieran corazón de bestia y nos tratan con odio instintivo. Se mueven como demonios y están gobernados por las autoridades de los altos edificios de vidrios espejados y oscuros.

Como si fuésemos nosotros los equivocados hemos tenido que sortear eventos en los que los salvajes nos han atacado. De hecho se han llevado a muchos de nosotros y cada vez quedamos menos.

Por fin logramos llegar a una habitación construida arriba de un árbol. En la misma había una larga mesa iluminada con velas y llena de comida. Es como si la habitación y la mesa nos estuviesen esperando, el número exacto de lugares, los alimentos justos; no había dueño de casa ni sirvientes; no había puertas que diesen a alguna cocina o cuartos. Pero todo esto no parecía impresionarnos.
Cada uno se sentó y empezó a comer. Estábamos angustiados. Sabíamos que volverían en cualquier momento.

-No puedo entender cómo hay gente con tanto odio. No puedo entender cómo la gente que conocí humanos llegaron a ser como animales.

 Mi tesoro se sentó en una de las puntas de la mesa. Y yo a su diestra. No era un momento agradable, nadie hablaba. Todos teníamos un nudo en la panza, comíamos porque no sabíamos cuándo volveríamos a hacerlo. El intenso silencio por fuera y los pulsos insoportables de adrenalina corriendo por dentro me hacían mirar hacia todos lados.
-Están viniendo, puedo sentirlo. Están cerca. En cualquier momento aparecerán.

Como espíritus de demonios empezaron a rodear la casa. Gritaban susurros dirigidos a cada uno. Entraban a la habitación como ráfagas y cada uno debía ponerse firme para no ser llevado.

Como un alma que de pronto siente que se muere, grité: -¡Mi tesoro!. Ya no estaba más. Había sido arrebatada de mi lado. Salí fuera de la habitación, gritando: -¡Devuélvanmela! ¡¡A ella no!! Llévenme a mí, a ella no. Gritos, lágrimas, sollozos, desesperación, angustia sin fin.
Débilmente divisé cómo se iba toda embarrada en la oscuridad.
-¿Cómo la habrán convenido para llevársela? ¿Cómo se dejó convencer?

-!No podemos seguir en la reserva! Moriremos todos. Nos llevaran a cada uno. ¡Salgamos! Entre los humanos del mundo ellos no pueden ser tal cual son.

La reserva estaba cercada por un doble gigantesco muro. ¿Cómo llegaríamos allí sin que nos atrapen en el camino? Todo alrededor era césped libre de árboles. Seríamos muy fácilmente visibles.

Ya desesperados, sin más querer que sólamente escapar como sea. Una noche verde corrimos hasta el muro y nos dimos cuenta que había pequeñas ranuras en todo el muro. Haciendo resistencia con los dedos en las ranuras podríamos subir.
Subimos el muro y nos quedamos descansado entre un muro y otro. Éramos un blanco fácil para cualquiera. Algunos demonios vinieron a dialogar con nosotros de forma anónima. Eran imposibles pero sorprendente no llamaron al resto.

Una vez pasado el pasillo que había entre los dos muros vimos la puerta. La puerta no estaba custodiada por nadie, ni había alarmas u otro artefacto. Sólo debíamos cruzarla y salir de allí.

Al salir nos envolvió una nube de humo y al abrir los ojos de nuevo nos vimos en una estación asepiada del mundo engañado. Acá no éramos nadie y todos simulaban ser cosas que no eran.

Todo era oscuro para ser día, y sin colores para ser creación... ¡Qué triste es el engaño!

-Mi tesoro...

marzo 25, 2013

DOBLE VIDA


24 de marzo de 2013
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Eso me hizo recordar algo. De repente me pongo a pensar y vienen más recuerdos a mi mente. Veo hacia atrás toda mi vida pero no de despierto sino de sueños. ¿Cómo pude olvidar todo hasta ahora? Esto de no gustarme volver atrás no tendría que aplicarlo a este mundo ¡Veo tan clara la línea del tiempo en esta mi otra vida!

Movimientos, escenarios, ideas, entrenamientos, juegos, experiencias, momentos relacionados... ¡tengo toda una vida en este otro universo!

Estoy empezando a encontrarme.

marzo 13, 2013

CADA DÍA ME DESCONOZCO Y CONOZCO MÁS AL MISMO TIEMPO.

EL ÚLTIMO ESLABÓN


Experiencia Abstracta
Diálogos con el Silencio


La gente como yo no estudia, la gente como yo no se expone voluntariamente a tan inhumano grado de dependencia a subjetividades ajenas a la hora de ser evaluado. Tal vez no la subjetividad de un sola persona, de dos o tres... sino la subjetividad colectiva de un sistema que nunca, a lo largo de toda la historia, ha dejado de ser retrógrado.
Me hace sentir tan vulnerable en aspectos que en realidad no lo doy... como si fuese una humillación gratuita e infundamentada.

La gente como yo no se somete a sistemas sino que anda libres abriéndose camino con definiciones y ritmos propios. ¿Por qué la casa del conocimiento y la ciencia (la universidad) es tan cuadrada y cerrada?

Agachar la cabeza y acatar órdenes, decir presente y aprender conocimientos de otros no es más que una falta de respeto para conmigo mismo. Un insolente insulto que subestima las propias capacidades de auto descubrimiento y creatividad.

No puedo concebir el rendir como menos que un impune atentado contra mi propia dignidad. Ser evaluado por gente totalmente monotemática es un sacrilegio repulsivo que marca en mí una impronta de rechazo, asco y degradación intolerable.

Esto es lo que siento cada vez que tengo que rendir... me siento el último eslabón de una cadena de jerarquías inútiles y deficientes que no hacen más que degradar el conocimiento en su máxima expresión con egos estúpidos, estrechez mental y reglas medievales. Los grandes productores de todo el conocimiento que hoy tenemos se revolcarían en sus tumbas si supieran lo que han hecho con ese legado a lo largo de los años...


Cada vez que tengo que rendir siento que tengo que dejar de ser yo por un tiempo para poder pasar. El sistema me hace renunciar al yo; pretende recortarme las alas cada vez un poquito más. ¿Quién me manda a amar y odiar tanto esta carrera? ¿Quién hizo de esta carrera algo tan tortuoso? ¿Es que nadie se da cuenta de lo que esta carrera trata?
Dentro de esta carrera me conocí escritor, dentro de esta carrera me conocí artista, dentro de esta carrera me conocí no médico.
¿Qué hago acá y por qué extraña razón quiero seguir acá? No hay un sólo día de mi vida que no quiera dejar esta carrera. Soy tan paradójico que ni yo me entiendo.

febrero 11, 2013

MÁS NÍTIDO AÚN QUE LA REALIDAD


9 de Febrero de 2013
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Voy manejando en la ruta y dentro del auto estoy con mi hermana y mi mamá. Horas y horas de viaje no modifican la luz del día. En el cielo no hay ninguna nube y el sol está en su posición radiante del mediodía. Todo es tan nítido, tan real; no entiendo qué pasa con el sol.

-Ahora entiendo ¡debo estar soñando! No se preocupen, el sol no se mueve porque estoy soñando.
-Por fin esta parte de mi conciencia conoce este mi otro mundo. No lo puedo creer... esto es tan real como la realidad ¡Es todo hasta más nítido! ¡Hay tanta luz!

enero 13, 2013

LEJANA INDIA


diciembre de 2012
Cuentos del País de los Sueños (Siempre&Constante)


Estoy con mi mamá dentro de una iglesia que en realidad es una catedral gigante, incluso para lo esperable entre las catedrales. Anchas e interminablemente altas columnas, pisos tan antiguos como el mismo mundo y paredes pesadas y húmedas; como si dentro de esa catedral hubiera un clima propio que fuese generado allí mismo. El techo no se logra visualizar, o por lo menos para todos los que estamos acá sobre el suelo; sólo se ve luz blanca que al bajar y chocar con el clima se convierte en destellos amarillos. Entonces, toda la catedral tiene una tenue iluminación amarillenta abrumada por la humedad.

Hay mucha gente o al menos lo hubo, a juzgar por la cantidad de sillas, pero comparado con las dimensiones titánicas de la catedral no hay tanta. Me encuentro con aquel amigo de la infancia y su madre, ¡que incómodo! Pero tuvimos una charla de conciliación.

Luego, con mamá, bajando las escalinatas salimos de la catedral. Era un día muy húmedo también afuera y era un lugar de vegetación muy tupida. Había calles solamente para el tránsito de peatones pero las cuadras eran selvas, no edificios ni casas ni algún otro signo de civilización.

Por las calles sólo caminábamos nosotros, pero en realidad no caminábamos sino que íbamos saltando. Yo trataba de dar grandes saltos, tan grandes que mamá no podía seguirme e iba corriendo a mi par. Yo seguí saltando y saltando hasta el fin.