No
veo adultos felices por la calle ni en el trabajo. No veo adultos apasionados
que vayan por la vida disfrutando el recorrido. La gente pareciera estar más
preocupada por la banalidad de con quienes se acuestan los demás que por
sentirse útiles y productivos y permanecer al servicio del prójimo.
No
termino de entender cómo es que uno entra al mundo con tanta energía, alegría,
curiosidad e ideas y finalmente sale sin ganas, aburrido, serio e infeliz. ¿Qué
pasa en el medio?
Veo
muchos profesionales serios y no felices. Veo muchos adultos sin ideas,
desganados, que dejan pasar los días sin reír, sin vibrar, sin latir; pasan por
la vida sin que les pase nada. Vivir no les provoca placer.
¿Será
que el sistema logró lavarles el cerebro con el discurso de ser “serios”? ¿Será
que en el afán por ser “serios” no ven que el mundo es un lugar lleno de
mamarrachos y carente de amor? Llegan a desear la seriedad, piensan que con eso ganan
respeto y prestigio… pero desconocen que todos somos falibles, y que
lamentablemente la sociedad está lleno de miserables que esperan los errores de
los demás para señalarlos, exponerlos y murmurar. Preocupados por ser y parecer
serios, pierden tiempo en lo académico, en las formas y metodologías, en el
enjuiciamiento de la naturalidad. Preocupados por ser y parecer serios olvidan
que lo serio anula lo vehemente y que lo serio no es apasionado.
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